Ruptura de Pareja
Ruptura de pareja.
Para iniciar este tema, es preciso tomar en consideración que la mayoría de las personas pasan por un estado depresivo durante una ruptura amorosa, la cual va acompañada de un dolor que es provocado por un proceso de cierre de una relación, junto a un reconocimiento y aceptación de que ya ha llegado el momento de desconexión porque que ya no hay amor.
En ese proceso es muy típico que se persista en plantearse como objetivo, el volver a recuperar a su pareja, claro está que si se revisan las bases con las que se elabora cualquier obra literaria o guiones de películas de cine sobre temas que tocan al desamor, pareciera que lejos de ofrecer orientaciones a como superar o liberarse definitivamente de una relación tormentosa, más bien abonan la idea de mantener a flote esa insana relación, donde se está inmerso en un constante estrés y agobio.
Se sabe que estar en esos momentos difíciles de incertidumbre por saber si se va a poder salir de esta confusión y desanimo, es que sería de mucho beneficio leer los siguientes párrafos que como psicólogo y terapeuta de pareja dejo a tu disposición:
Primeramente es importante estar muy conscientes del dolor que se siente y no negarse a expresarlo, además de entender que a pesar que les cueste creerlo va llevar su tiempo superarlo, no obstante, una vez vencido ese espacio de tiempo, se podrá recordar a la persona que tanto se ha amado pero sin una tristeza excesiva.
Para todo proceso de duelo insisto en que es preciso que reconozcas que ahora estás muy vulnerable emocionalmente, pero te hará bien comprender que tus emociones están ahí por alguna razón que no deberás ocultar o reprimir, confiando que es un proceso que hay que tomárselo no como algo negativo, sino más bien constructivo, transformador e irrepetible y que te concederá la posibilidad de crecer espiritualmente, para abrir tu mente y ayudarte a responder que va a ser de ti.
Indudablemente después en una retrospectiva cuando haya pasado un tiempo, verás que todo ese proceso de ruptura no fue tan pernicioso, además de que te dio la oportunidad de descubrir muchas cosas acerca de ti que antes ni te imaginabas que existían.
Por lo mencionado en el párrafo anterior, se entiende que cuando se está en una condición de “quiebre” o ya se toca fondo, es cuando se abre una ventana que te dirigirá hacia un crecimiento personal, tendrás la oportunidad de replantearte nuevamente tu existencia dejando atrás enganches emocionales del pasado y confiando que ya con esto, estás en vías de una nueva versión que supera muchísimo a como estabas antes, por lo tanto, mira hacia el futuro, no pienses que lo que viviste se repetirá y recuerda que cada experiencia, se convierte en conciencia para evitar cometer los mismos errores.
A continuación, se describen las fases del proceso de duelo por las que deberás transitar y superar sanamente:
Fase de shock con negación e incredulidad, es decir no crees que están rompiendo contigo, piensas de inmediato que es en broma o chanza y continuas con tu vida como si nada ha pasado, casualmente, en esta coyuntura aparece un miedo y angustia ante una posible pérdida, sin embargo, la mente siempre intentará asimilar y acomodarse para comprender esa situación con un mecanismo de defensa psíquico llamado negación.
Fase de frustración, va acompañada con la ira y un enojo hacia la persona y hacia ti mismo/a porque te están dejando, pero diciéndote también que lo que está sucediendo no es justo y se presentarán sentimientos de soledad, abandono y autoculpa con una infinidad de y “si yo hubiera hecho esto o aquello", "en que falle" o "hice mal".
Esa ira que caracteriza a esta fase, no tiene porque ser lógica ni tampoco valida, pero si se debe tener cuidado de que como es una fuerza, no es recomendable mantenerse en ella, con esto se evitarían anclajes emocionales que a la larga no permiten estructurar el vacío de esa pérdida.
Fase de negociación emocional, en la cual es necesario aceptes y respetes tus sentimientos ante la pérdida de tu pareja. Aquí se inicia como una regla de oro el cero contacto con tu ex pareja, a objeto de lograr tu saneamiento de daños que te ha dejado esa relación, para ello, no se debe cometer el error de acosar o tratar de hacer cualquier cosa por recuperar algo en lo que has intentado todo infructuosamente, al respecto, se sugiere que a partir de este momento se alejen definitivamente, para que sus sentimientos de dolor sigan su curso natural de dejar ir a esa persona, no convirtiéndose en prisioneros de esa experiencia al intentar aferrarse a una posibilidad de que quizás vuelva, con la falsa idea de que se dará cuenta ahora de lo maravilloso o maravillosa que eras. Así mismo, no se resistan a un cambio al querer afianzarse en un ideal de que se ha perdido el gran amor de su vida y mentalicen de una vez que ya no le pueden decir ni ver como su pareja.
Fase de tristeza y depresión, esta sucede cuando ya has comprendido que has perdido la esperanza de recuperar a esa persona, se comienza a ser objetivo y a darte cuenta que ya no hay marcha atrás. Durante esa depresión que inevitablemente se presenta, es importante no dejarse llevar por el hábito y abuso del alcohol o de otras sustancias, ya que necesitas estar lo más lucido posible para tomar decisiones o darte cuenta de lo que esta experiencia te enseño.
También es natural que puedas presentar alteraciones en el sueño y alimentación que deberás vigilar y no permitir que se prolonguen, por lo que sugiero mantener una rutina de descanso y alimentación adecuadas, además de ocupar tu mente en distracciones o rutinas de ejercicios físicos. Tampoco intentes tomar decisiones importantes en esta fase de duelo, dado que la tristeza puede alterar la perspectiva de las situaciones, entre ellas que te sientas tentado/a, a precipitarte a iniciar una nueva relación sin considerar su conveniencia.
Mi consejo es que intentes darte suficiente tiempo para que la sombra de ese duelo que aún no habrás completado, te vaya a acompañar en una nueva relación. Una recomendación adicional es no aislarte, esto es un claro síntoma de la depresión, en este caso lucha en contra de esa inclinación, busca el apoyo de amigos y familiares que sean objetivos contigo y que no te juzguen, pero no permitas que te presionen en tu tiempo natural de duelo, solo de esta manera lo podrás hablar abiertamente e ir asumiéndolo con calma.
Fase de serenidad y aceptación, aunque no te sientas de acuerdo con esa pérdida de un ser querido, si te darás cuenta en esta fase de que has superado la tristeza, comenzarás a relajarte y visualizar un nuevo futuro, admitirás definitivamente que la relación se acabo y que no pudo ser, ni será jamás, te readaptarás al volver a tomar tus contactos sociales y muchas rutinas que habías descuidado, ya serás capaz de exponerte a situaciones y lugares que has estado evitando, habrás logrado aceptar tus sentimientos permitiendo que fluyan como una respuesta natural ante la pérdida, ya le encuentras sentido a la vida, te sientes en paz contigo mismo/a además de estar preparado/a para seguir, ya no te aferras a ninguna idea de regresar con esa persona y te sientes liberado/a y capaz de rehacer tu vida.
Por último, puedo asegurarles que nuestra psique siempre estará preparada para asumir una ruptura de pareja, lo importante es que se respeten los tiempos de ese proceso y darse la oportunidad de aceptar los sentimientos que incluye.
Lo importante aquí es que te des cuenta de lo que está pasando durante ese proceso de duelo, que experimentes tus sensaciones de ira, decepción, de depresión y tristeza, pero que te despojes de ellas, una vez que te hayas afianzado con firmeza a una curación final.
Siempre se podrá empezar de nuevo, pero no se logrará sin antes haberle dedicado un tiempo al duelo.