La Asertividad
¿Qué es la Asertividad?
Se puede definir desde varios ángulos que incluiría un comportamiento que se puede aprender y mejorar, pero también es una forma de comunicar los sentimientos sin dejarnos llevar por las emociones, así como defender nuestros derechos y expresión de nuestras opiniones con firmeza, libertad y respeto hacia nosotros mismos y a los demás. Todo esto, se sustenta sobre las bases de una apropiada autoestima y confianza en nosotros mismos que ha de ser aprendida y conformada, a través de las experiencias vivenciadas individualmente y sin cometer el error de caer ni en la agresividad, ni tampoco en la pasividad.
Consecuentemente, ser asertivo no significa que se logrará que la gente nos quiera o acepte, ni dejar que nos malinterprete, ni se enfade nunca con nosotros, o que nos conceda todo lo que deseamos. Puesto que siempre habrá otros que seguirán dándonos un rotundo “no” como respuesta, sobre todo, cuando les pedimos algo que va en contra de sus intereses y principios.
No obstante, basta recordar a cada momento que cuando no defendemos nuestros derechos o no expresamos nuestras emociones, estaríamos invitando a los demás a que nos traten de la peor forma posible.
¿Por qué será que no hemos aprendido a ser asertivos desde niños?
Indudablemente, se repite aquí la frase de que “somos un producto del estilo de crianza” al que nuestros padres nos sometieron. Al respecto, son muchas las personas que han aprendido a responder de forma no asertiva, captando e imitando la conducta de uno o ambos padres, de los maestros de la escuela, amigos o cualquier importante rol de referencia. Es decir, por citar ejemplos, si siempre se tuvo alrededor solo personas que demostraron ser extremadamente condescendientes, serviciales y complacientes o, al contrario, solo personas agresivas, hostiles e intolerantes, es difícil que tales patrones no hayan sido los más precisos para haber aprendido a reaccionar de una manera más equilibrada y asertiva ante las situaciones de la vida o la gente.