Terapia de pareja
LA TERAPIA DE PAREJA.
Es una intervención psicológica orientada a crear cambios significativos y transformadores en las relaciones en crisis, resolver sus diferencias y para volver a recuperar la armonía en su convivencia.
Para esto, la honesta participación y colaboración de ambos, será el punto de partida para lograr tomarse decisiones idóneas que les permitirá resolver sus dificultades.
Las sesiones de psicoterapia, se convierten en un espacio de dialogo a cargo de un profesional de la psicología o terapeuta de parejas que les orientará a un mejor proceso de interacción como pareja.
METODO TERAPEUTICO.
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El procedimiento consta de 2 consultas preliminares con cada uno de la pareja por separado, esto, con el fin de conocer sus inquietudes individuales. A veces puede ser necesaria una sesión de evaluación adicional para la aplicación de algunos cuestionarios o test estandarizados que complementarían datos de importancia.
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Posteriormente y rigiéndose por la modalidad de terapia breve que es más dinámica y flexible, se realizan un total entre 5 a 8 sesiones con la pareja, sin embargo, esto podría variar de acuerdo a la complejidad de la problemática.
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Cada sesión de terapia dura 50 minutos y su asistencia es de al menos una vez por semana.
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Solo cuando la pareja o alguno de sus miembros lo requiera podrían solicitar otras consultas adicionales.
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Se utilizan recursos de la psicoeducación para el planteamiento de algunas actividades que deberán cumplirse en la casa y fuera de esta.
1ra. Fase: Evaluación del problema en la pareja.
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Primero que nada, hay que confirmar cuánto tiempo lleva la pareja en conflicto y qué han intentado hacer para solucionarlo.
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Se identifican las principales divergencias que existan entre ambos en el planteamiento del motivo de consulta como pareja.
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Se excluyen aquellos propósitos nocivos que estarían enfrentando y con los que a veces solo quieren limitar los objetivos puntuales de las sesiones, tales como querer ganar siempre, vengarse, o hacerse daño mutuamente.
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Cuando se está definiendo el problema en la pareja, no se puede intentar ofrecer soluciones a ninguno de la pareja sin antes haber precisado cuál es exactamente la naturaleza del problema base.
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Se determina el grado de implicación e interés actual de cada miembro de la pareja, si tienen la creencia de que su problema no se pueda resolver, o si han decidido esforzarse en trabajar a favor de mejorar y mantener su relación.
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Se explora el grado de expectativas que tiene cada miembro de la pareja sobre su matrimonio o unión, ya sea volver a una armonía en la convivencia, rescatar la pasión, estabilidad económica, status social, convertirse en padre o madre, entre otras.
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Se observa con atención qué indicadores positivos podría enunciar la pareja, a fin de identificar aquellos momentos, en los que la relación ha funcionado y el problema no ha tenido mucha importancia.
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Así mismo es necesario instruir a la la pareja para que sea breve y precisa en sus planteamientos. En esto, hay que evitar que constantemente pongan demasiados ejemplos, reiterándoles que señalen solo causas sin emplear los “¿por qué?” o juicios de valor que siempre implican reproches y no llevan a resolver ningún problema.
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Se debe crear una descripción de la o las “conductas indeseables”. En este punto hay que ser lo más específico posible y llegar a una conducta concreta y no generalizada.
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Igualmente de ser una situación o condiciones en las que ocurre la conducta problema, se deben especificar e incluir los factores que la provocan.
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Es importante establecer las consecuencias que esa conducta tiene para el componente que la sufre y qué sentimientos genera tal conducta (descalificaciones, menosprecios, continuos reproches, actitudes defensivas, sentir que la comunicación entre ambos no es precisa o eficaz)
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Ambos miembros de la pareja tienen que estar de acuerdo cuando ya se haya definido su problema base y para ello, de manera conjunta, han de reconocer su parte de responsabilidad en la génesis y mantenimiento de esa problemática.
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De no llegarse a un acuerdo básico sobre quién o si ambos han de cambiar para activarse una posible solución, se puede hacer una definición bilateral del conflicto en la que se incluyan otras conductas por resolver, pero dentro de la regla estricta de tratar un solo problema a la vez en sesiones de consultas independientes a las de terapia de pareja.
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Una vez que ya se ha identificado y definido en común acuerdo el problema y sus consecuencias, se pasa a la fase de solución.
2da. Fase: La solución del problema.
En esta fase se tiene la intención de:
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Centrarse en una solución y no volver a innecesarios replanteamientos del problema una y otra vez.
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Cualquier solución ha de definir cambios en las conductas de ambos en la pareja y no solamente en quién causa mayormente el problema.
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Se procede a desprogramar aquellas maneras erróneas que tiene cada uno de la pareja para procesar su información, es decir, malinterpretaciones de lo que ocurre a su alrededor y que terminan generándoles múltiples consecuencias negativas, además de eliminar cualquier efecto emocional que las estén manteniendo.
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Se les entrena a cómo detectar y analizar esas malas interpretaciones, para ayudarles a tener una mente más clara y con un amplio margen de objetividad, empatía y positividad.
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Ese entrenamiento debe estar estructurado con información e ideas que manejen conjuntamente con sus emociones. Se busca además manifestar actitudes genuinas y honestas que surjan en las sesiones, para así, adecuarlas a las actuales circunstancias de la pareja. Eso incluye transformar su éstres, comportamientos repetitivos y hábitos nocivos hallados en la relación.
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Por otra parte, en base a lo logrado en las sesiones de terapia, se harán anotaciones de todas las alternativas de solución que se hayan podido generar, se realizará un análisis de los pros y los contras de cada una de ellas para finalmente, llegarse a un consenso de acuerdos que se comprometerán a cumplir y mantener.
Para Consultas Presenciales con el MSc. Julio Rojas
Asociación Civil Flor del Carmelo
Av. El Paseo, Los Rosales, 1041. Caracas – Venezuela.
Teléfono: (0212) 693.5005
Horario: 8:30 A.M. a 12:00 P.M.